María Varilla: Mujer, mito y música
Sólo vivió 53 años pero su historia es ya un mito, una música y un ícono sinuano y del Caribe: María Varilla, cuyo verdadero nombre era María de los Ángeles Tapias (1887-1940).
No tenía el cuerpo curvilíneo como magistralmente la ha pintado el artista Wilfrido Ortega, iluminada por el resplandor de tres paquetes de velas en la rueda del fandango.
“Prefiero escribirla con V y no con B, porque desde niño en Ciénaga de Oro, siempre escuché que era la mujer que mejor bailaba el porro en todo el Sinú, con su cuerpo erguido como una varilla, treinta y tres días seguidos, y una resistencia deslumbrante y una sensualidad perturbadora”, confesó el periodista y escritor Germán Mendoza Diago, en su intervención en el conversatorio sobre María Varilla, dentro de los actos académicos del II Festival de la Hamaca Grande.
“Su papel poco documentado de luchadora social, de empleada doméstica, ha sido trascendido por su presencia encantadora y embrujadora, y hoy más allá del misterio de su nombre asociado al marido o a su manera de bailar, o al porro que ella misma eligió para bailar, lo que pervive de ella es lo que la mitificado y convertido en símbolo, pero en la ambigüedad está el encanto de María Varilla”.
Esa ambigüedad se extiende también a la vieja discusión sobre los orígenes del porro en San Pelayo o en Ciénaga de Oro o sobre el porro María Varilla, compuesto por Alejandro Ramírez Ayazo.
Haberla visto en una foto de 1922, fue un desencanto para Germán Mendoza, y él ha preferido seguirla imaginando desde la luz de los lienzos y de la imaginación de los poetas. Curioso el dato ofrecido por Mendoza, de que en el Sinú nadie ha vuelto a llamarse María Varilla, mientras en Centroamérica hay 150 mujeres que llevan ese nombre y no tienen ningún nexo con la mujer del porro.
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